Wellington Rigortmortiz

* Anhelos

 

El amor en el exilio

me ha llevado a navegar

por mares inciertos,

destinos crueles

de dolor mordaz para el alma,

…cuanto tiempo ha pasado

desde que una emoción

y felicidad exquisita

me motivo a zarpar

sin un rumbo previo?...

la atrevida juventud

que se niega a ser olvidada,

incitó la emocionante travesía,

con el pasar de los años,

en barco fantasma

se tornó mi galeón,

la tempestad del tiempo

fue la más difícil proeza

a superar

que el mar no consiguió,

en la inmensidad, el destino

su voz enmudece, solo

los susurros quejumbrosos

del agua desgarrándose

ante el paso

cortante del tajamar,

son la melodía tétrica

que ahuyenta a la tristeza,

en la proa

las noches y madrugadas

descansaba mi cuerpo

sobre la madera rustica

fría y dura

como el corazón del destino,

inútilmente mis lágrimas

querían conseguir alimentar

la inmensidad del mar

que el sol evapora en las tardes;

la maldita obsesión

me obliga a continuar

con la esperanza ingenua

de una razón, la vida

por un sueño, solo una vez más.

 

Que elección difícil de llegar

a miles de puertos

en los que nadie me espera,

pero elegí la opción de navegar,

muerto por fuera, vivo por dentro,

…la esperanza, agonizante

me llevó al naufragio,

en tierras prosperas

en las que jamás

pasaría penurias,

la silueta de una brisa

me rodea todos los días,

tan distante y cercana es a la vez,

su aroma me cautiva,

abriga mi corazón, en susurros

puedo escucharle decir mi nombre,

ya lo había olvidado;

en sueños puedo observarla,

tan femenina como la naturaleza

que esta tierra me cobija,

las lunas son tan distintas aquí,

la brisa un murmullo tibio,

…cuanto tiempo ha pasado

desde que una emoción

y felicidad exquisita

me motivo a zarpar

sin un rumbo previo?...

…cuanto tiempo ha pasado

desde que las miserias del mundo

me arrebataron la felicidad?;

los oasis en el mar

son más traicioneros y dolorosos

que los vividos en el desierto,

la travesía debe continuar,

pero esta ocasión, no estoy solo

un alma me acompaña,

un alma lejana

con la misma locura mía,

la sed de aventura

en busca de su sitial,

ahora no existió ningún puerto

al cual llegar y del cual alejarse,

nadie me espero jamás,

de nadie me tuve que despedir,

hoy no viajo solo,

en mi bitácora he reportado

a la compañía que sin decir nada,

ha abordado, decidiendo

el largo viaje hacia la morada anhelada,

aquí nació ella, ese sentimiento arcano,

me abraza el alma en la vida,

su ser seráfico en un llamado

ha unido mi destino al de su madre,

después de varios destinos y vidas,

viajo acompañado,

aunque ella está en la proa

y yo en la popa, jamás deja de mirarme,

en las cercanías al encallar,

en el mástil en un cálido abrazo

nos juntaremos,

los anhelos se consumarán.