Cuántas tardes de placer tu cuerpo ha sentido,
cuántas tardes te esperé sobre una cama,
llegabas tu cansada por el calor del camino,
y solo te esperaba mi cuerpo y una almohada.
Callada tu entrabas y tal vez algo excitada,
no soporta tu cuerpo vivir sin embeleso,
me dices yo te amo, me siento enamorada,
cúbreme con tu cuerpo lléname con tu beso.
Entonces las cortinas se cierran un instante,
la música se apaga y la luz deja de brillar,
me dices que soy yo, tu único amante,
quien te hace cada tarde soñar y delirar.
Me coges de la mano y lo llevas a tu pecho,
mis manos te acarician hasta sentir tu quejido,
yo miro como se mueven la sábanas de mi lecho,
entonces yo suspiro y digo lo que me he perdido.
Me dices, amor no has perdido nada,
pues algo te he guardado y todo no le he dado,
yo te amo solo a ti y vivo enamorada,
y seguiré contigo aunque digan que es pecado.
Los besos llegan presurosos y mojados,
tu cuerpo se estremece tan lleno de placer,
mis manos acarician tus partes y tan húmedas,
y creo que esta tarde no tengo que perder.
Las horas pasan y busco en ti un alivio,
mis besos te excitan y ardes de pasión,
teniéndole entre tus manos lo sientes aun tibio,
me dices nos podido acabar con emoción.
Me callo un instante por no perturbar tu encanto,
la luna ya nos mira y las cortinas se abren,
llega la despida, un beso y también el llanto,
tenemos que marcharnos, los amantes si existen.