El amor es una flor nítida
que crece horizontal en el lecho
es agua que discurre
entre corazones yermos.
El amor es aire que fluye
entre vacilantes madreselvas
es tierra que cubre y apaga
que humedece la espera.
El amor es fuego que atiza
que se propaga violento
entre los rubores del silencio
y deja su huella en el alma
de las cosas olvidadas y distantes
como un animal sagrado
que lame nuestras heridas
y nos convierte, de a poco,
en seres libres, por fín,
del dolor de la vida.