Hoy no soy más
que la hija del odio
fruto del dolor
que en mí sembraste.
Tanta ilusión
malgastaste
destrozando sueños
de cristal.
Suponiéndote real,
construí con verdades
mis sentimientos,
y ahora sin ti
ya no me encuentro.
No espero que veas en estas líneas
la belleza
de mi sufrimiento
solo espero
que te claves las espinas
que yo estoy mordiendo;
porque me estoy consumiendo
por intentar quererte
y solo hallar desdén.
Al amor propio apelo,
ven y ayúdame
a desintoxicarme,
a quererme,
a buscar lo que merezco;
aunque este sea
mi real merecido,
por esperarle,
por desgastarme
siempre en vano,
siempre para ver mi belleza
deshecha
y mi corazón del mismo modo.
No me busques, amor,
en estas letras,
búscame donde sabes que sí estoy:
en el hastío,
lejos del orgullo,
fuera de la dignidad,
porque si no es contigo
yo no quiero estar.