Otra vez, tomados de las manos
Al suave ritmo de un viejo vals y suspirando
Volamos en libertad, con un vaivén incesante
Nos transportamos a mundos lejanos
Donde no hay mas nada que nuestras manos
Y nuestras miradas, pues nos amamos...
Soríes, no paras de hacerlo, y me miras
Y hay en tu mirada un no se qué,
Que me tiene felizmente atrapado
Irreparable e irreversíblemente hechizado
Encadenado a ese brillo fenomenal
Que, desde el inicio de los tiempos,
Me ha capturado, me ha embrujado...
Ríes...
Tu sonora risa es la música más bella
Que jamás en mi vida había escuchado.
Ríes...
Disfrutas a todo momento del suave paso
Con el que, por la pista de baile, nos desplazamos.
¿Hay alguién más en este lugar?
Y a quién le importa eso, si estás a mi lado.
No importa mas nada, solamente tus manos
Tu tierna sonrisa, y esa tu fascinante mirada
De la cual soy, a voluntad, eterno esclavo...