¡Que emocionado estoy! mi corazón Palpita tan rápido que ya no alcanzo contar sus latidos.
Acaso ¿eres tú ese amor tan esperado que por fin a mi a llegas? O, acaso, ¿eres un ángel que dios me ha enviado?
Dime ¿quién eres? dímelo tú.
Dime si a sofocar el fuego de mi alma vienes.
Con gesto me responde y mi corazón aún más fuerte late.
Abundantes gotas de sudor recorren mi frente augurando alegría, advirtiendo que al fin se van mis penas.
¡Gracias dios mío! Te has acordado, al fin, de este pobre corazón que ya no aguanta mas la solead. ¡Gracias señor! tu ángel a mí ha llegado.
PABEDIZ…