A ellos, los hombres del mundo.
A los que cantan a grito fuerte
escribiendo poemas, cuentos y prosas
denunciando la barbarie de las guerras.
A ellos que saben tejer
con seda y encanto
el corazón y el alma de la mujer,
que pálpan su mielósa sensibilidad
con todos sus sentidos abiertos,
llegándo con flores
y envolviéndote con abrazos de azul cielo.
A ellos, escritores, poetas, pensadores, creadores
que siguen fieles al arte y la creativídad
y con la palabra regalan bondad,
humanidad, espiritualidad.
A ellos hombres sencillos
que levantan con sus manos
edificios de amor y respeto,
sus venas encendidas
y a estallar de esfuerzo.
A ellos que se recogen en silencio
penetrándo las fronteras de sus miedos,
derribándo vallas, derramándo lágrimas
para abrazarte con su corazón de niño bueno.
A los que abren sus ojos a la belleza interior,
expresan sus emociones con infinita riqueza de matices
se mojan de ternura, le roban instantes a la tristeza
y te regalan una caricia.
A ellos que vuelven al día con la mirada ojerosa,
después de acunar el llanto en la madrugada.
A ellos que se acurrucan despacio a tu lado
y te abren las ventanas de su alma
para dejarte rociada de bellas y sinceras palabras.
Mi humilde homenaje a los hombres del mundo.
corregido y ampliado 30-4 2017