Tu aroma me penetra, me envuelve, me hace suyo,
se infiltra por mis poros hirviendo por mis venas,
se sube a mi cabeza, me embriaga, me alucina,
me lame con su lengua, me encrespa, me encadena.
Tu cuerpo huele a hembra madura y encelada,
a pechos florecidos. a húmedo vergel,
a muslos horneados, a cálidas axilas,
a flores fecundadas, a menta y aguamiel.
Y yo me hundo en tus aguas oscuras y profundas,
en esas aguas verdes sin fondo ni confín
y prendo mis cerillos de un soplo de tu boca
y muero en tu regazo quemándome por tí.