¿ Que me tengo que ir ?
¡ Ya lo sé ! Una tarde cualquiera
cuando el pegáso blanco
me recoja en la carretera
una tumba al sol
de la pálida tarde
la luz en las flores
espigas de oro y miel
volver al origen
con puntualidad milimétrica
con sombrero de paja
besando el cielo con los labios
el billete en el bolsillo
amapolas rojas
al borde de la carretera
olía a gasoíl el aire
una gaseosa tirada
la alondra cantaba a lo lejos
fuego fatuo en la mirada
en la muñeca, el viejo reloj de pulsera
sigo esperando
aquel pegáso blanco
de amor extrémecido
llora el campo
con mi camisa limpia
pantalón de pana
como mi padre
una maleta vieja
un beso en el aire
una herida abierta
una esperanza palpable
olor a miel y a forraje
el amor se bebe como el agua
dame un trago, y un beso
matas de pániqueso
y un poema en la garganta
ya está aquí el pegáso
oigo sus frenos
y sus puertas chirrían al abrir
descomprimiéndo el aire...