Te quiero dar el cielo, ya lo sé, no es mío
pero igual puedo hacer que vivas en él
viajar entre la estrellas y expulsar ese vacío
de tu corazón y del fondo de mi ser.
No hagas como que te habla la pared,
dime al menos si quieres intentarlo.
Sé que esperabas un guerrero valiente,
un ser inmortal y desafiante del peligro
y no un débil enfermo y temeroso
que apenas me levanto y caigo herido
de un mal eterno que no sé comprender,
que aún tiene la esperanza, la ilusión de estar
un día pleno hablando de los dos
vivir nuestra vida, juntos a oscuras
o donde nos vean y mueran de envidia
los otros seres que van alrededor, allá ellos,
nosotros, ya tenemos nuestro amor.