De pronto algo; sobre yertos
edificios olvidados del sol,
oscurecidos por el denso vaho
de alcohol y nicotina;
voló como intangible centella.
Pasó dejando trazas de nada,
pareciendo una estrella
que hubiese arrancado
sus ataduras de la matriz.
Una bocanada de locura fue
traspasando la gris rutina
de la ciudad.
.
Algo,
extraño a la ambigüedad
que domina conductas, circuló
rozando brea de terrazas,
arrumbadas tejas, y pudrición
escondida tras capas de material.
No hubo retinas aptas para percibir
la evolución del fenómeno.
.
Cruzó de perfil, sin mirar atrás.
Señalando un horizonte promisorio