“Sé que escribes desnuda en las noches,/ sé que tus pechos mis locuras provocaron;/ este poema es tristeza, no reproches,/ porque ellos sin cordura me dejaron”.
No habrá como antes luna que inspire,
ni un espejo en el cual reflejada te mire,
ni viento que tu recuerdo me traiga…
No tendré fotos tuyas para recordarte,
ni alguna canción que desee dedicarte,
ni modo de que mi voluntad decaiga.
No habrá lugar secreto donde te visite,
ni una nostalgia que la calma me quite
ni confidencias que contar a mi almohada.
Bloqueada voy a tenerte aquí en mi mente,
y en mi alma, donde volabas libremente,
ave bella que hiciste de mi alma tu morada.
No habrá más poemas que por ti escriba,
el recuerdo de tu desnudez que me motiva,
será sólo cosa del pasado, historia de ayer.
Y si lo de la reencarnación es real, existe,
quizá un poeta que te amó y murió triste,
en secreto y para amarte, vuelva a nacer.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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