La mejor lotería es la amistad.
Cuando uno encuentra la clave de la vida
no hay número premiado que valga.
Todo es efímero cuando no hay amor
sin el pálpito de unos ojos que regalan poesía.
Y que decir de la sonrisa de los niños
blancos y negros, grandes y pequeños,
de sus lágrimas, sus sueños, su ternura, sus miedos.
¡Qué contar del aire que respiro cada día!.
Del olor a manzanas, hierbabuena y manzanilla.
Del majestuoso poder de las montañas
cuando llegas a la cima y ves tanta hermosura.
¡Qué suerte la mía poderte tener como amiga,
como musa, princesa, compañera, hada, madrina!.
¡Qué tesoro se esconde en tu alma viajera
recorriendo incansable los ríos de mis venas,
los cauces de mis dedos amorosos
invisibles apenas cada vez que te pueblan!.
¡Cuánta paz en tu vientre rosado!.
¡Cuánta luz en tu aura de amante dispuesta
a regalarme cada roce, cada soplo de aliento,
cada movimiento de tus labios perfilados y perfectos
cuando regreso de buscar y no encuentro
por las calles repletas de sombras
que arañan mi alma como gatos en celo;
mi reloj de arena, las nubes del tiempo,
la cajita de madera de boj donde guardo mis pensamientos
y algún que otro deseo que no puedo contar,
para que se cumpla cada hora, cada instante,
cada vez que respiro el olor de tu cuerpo,
grande como un océano, como el mismo universo!.
Tú cintura es mi valle, tú hombro mi almohada.
Tú pecho mi parque de atracciones.
Tú trasero mi pantalla. Tú pelo el bosque donde anido.
Tú aura el hogar donde resido.
La mejor lotería es la amistad.
El mejor de los regalos un amigo.
Gracias por mecer mi corazón.
Gracias por llevarme en vuestras alas
al país donde reina la emoción.
Siempre estaré cerca, la puerta estará abierta.
Venid cuando queráis. Llamadme si reís o lloráis.
Mi abrazo es amplio, mi voz vuestra aliada.
Mis manos os acarician como a mi guitarra.
Mis plegarias seguirán desnudas,
sin temor, sin mácula,
en el horizonte de vuestra mirada.
Clara, transparente, cercana.
Como la nieve, como una chimenea,
como una gran cascada.
Y recordar siempre
que la mejor lotería es la amistad.
Que me toque poco o mucho,
mar o charco,
gordo o flaco.
Charlot con su bastón en mis zapatos
me seguirá guiando.
Pero que no me falte nunca
el tic-tac de vuestros pasos.
En mi alma de duende, de rey mago,
de bufón o de payaso,
siempre habrá un lecho y un plato.
Un faro, una orilla, una choza, un palacio.
Gracias hoy y siempre
por seguirme amando
como yo os respeto.
Aunque esté temblando
por no poderos dar
lo que estás tramando.
Búscame en tus sueños.
Te estaré esperando
con mi mejor beso
miel y pan tostado.
Sigue ese camino.
Allí nunca hay atascos.
Esto no es un cuento.
Esto es un milagro.
¿No ves que aunque lejos
sigo estando al lado?
Os quiero…
Poema de Joaquín Lera incluido en su libro Astrolabio dentro de la colección Cercanías de Ediciones Irreverentes