DESGARRO.
Su refugio son los bares
mi padre ya no trabaja,
acumulando pesáres
ronda su cabeza baja.
Le cerraron la ventana
de la fabrica temprano,
y fue noche la mañana.
¡Que brillo de sol en vano!
Tiene las manos vacías,
nostalgiósa la mirada.
Pasa en silencio los días,
su juventud malograda.
Vio todas sus ilusiones,
por un sistema frustradas.
Y se quedo sin canciones,
mirando... sin mirar nada.