Qué hiciste corazón de luna,
rasgaste mi pecho,
aquella noche oscura.
La herida aún lacera mi alma,
cada gota derramada,
hacen de esta tierra enrojecida,
mi última morada.
Creo escuchar aullidos que presagian,
que no habrá un mañana,
que se cerrará la noche,
cuando tus fauces,
encuentren la llaga.
¿Qué pasa que no hay pavor?
¿Por qué si siento tu pelaje rodear mi cuerpo,
en vez de morir de miedo,
revive mi cuerpo en calor?
¿qué tienes lobo del desierto?
¿Por qué si siento tu aliento acariciar mi rostro,
en vez de quitarme el aire,
me devuelves la respiración?
Ay mi cruel y dulce amor,
¿por qué si no vas a amarme,
dejas de embriagarme,
de mirarme,
de besarme,
y muero de amor?