yito

Señor.

 

 

 

 

A los frutos de tu suelo

tiende las manos señor

envíales un pastor

que el mañana no es consuelo.

Puede el silencio ser velo

a la fe de tu razón.

La esperanza hecha  canción

que tu pusiste en sus labios

han olvidado los sabios

y se ha vuelto una ilusión.