Un anuncio se ilumina y en el mismo se lee, \"Welcome to Hell\" a todos los que entran se les advierte la entrada al tan temido infierno, pero es posible abrir esa puerta? Existe o no muchos se preguntan, mientras dudan en entrar o solo bajar los 38 pisos que decidieron subir para disfrutar la noche. Irónicamente el infierno esta en un penthouse. Los atrevidos entran, y aunque nadie se devolvió la frase les retumbaba como un pensamiento inocente pero presente. La noche transcurre y \"el infierno\" se enciende cada vez más mientras la música sigue sonando y el alcohol rodando. Y como en todo infierno la perdición se hace presente sin necesidad de invitación formal. Los atrevidos todavía esperaban en conocer al tan llamado “Lucifer” pero no se dan cuenta que el anfitrión, es solo uno mas de ellos, jugando a la perdición con la tan llamada sociedad. Los minutos pasan y el “anfitrión” se aparece en la llamada fiesta de los pecados capitales. Los presentes saludan a un hombre de tez blanca y de ojos azules que solo asienta con la cabeza y sonríe al pasar. Después de tan esperada entrada, el solo se sienta a mirar por la ventana con su ya tan conocido ojos tristes. Los curiosos se acercan y le preguntan porque tan cabizbajo, a lo que el responde “Welcome to my hell”