Ciudades
detenidas en el tiempo, ciudades.
Provincias de unos pocos
que como mucho, admiran el mismo paisaje,
como condenados a un eterno Deja Vú.
Ciudades
que no corren con el tiempo, ciudades.
Rurales sinfonías en las cuerdas
de algún nostálgico viajero.
Los buses que me llevan son máquinas del tiempo
en aquellas ciudades,
basurales de historias indígenas
y coloniales, que las grandes metrópolis dejaron atrás.
Quien no lleva consigo el recuerdo
de aquellas voces en los viejos bares,
estára, sin quererlo,
derrumbando esas ciudades.