Tu Norteño acento moviliza la cadencia de mi verso
Eres tinta de mi pluma
En tí he encontrado la cura
La temida hoja en blanco, ya no existe en mi vida
Rápidamente, éstas se llenan, rebosantes, de la tinta que la belleza de tus palabras alberga (la de tu dermis también, pero eso es caso aparte) compartes
Cuando éstas en su estado natural
rozan el aire y mi piel
no pusilánimes
Y... con ganas de permanecer, como los lienzos que recubren tu brazo derecho y dorsal
Aquellos a los que les gusta tanto
fundirse con mi pacífico mar
y provocar
en mis manos
oleajes de dinamia
caricia de pluma
y poesía sin cesar