El tiempo es un asesino que rompe corazones, vidas, ilusiones.
El tiempo ha de cesar esperanzas, ha de matar al agónico.
Todos se encargan del tiempo, lo disfrutan, ríen, crecen, crean familias;
pero en el atormentado y abandonado, es el tiempo el que encarga de él.
Es así como un desamparado, se fija en todo, en los árboles y sus hojas singulares, ¿Los haz visto, cierto ?, esos que se sientan en sus butacas al atardecer y se pierden viendo las personas y los niños felices, en los pajaritos tiernos, en el cielo, allá en la cercanía de ese Dios del que cree, tantas veces le ha fallado.
Todo es tu culpa tiempo, tiempo infinito, perdurable,
ignorante, causante del dolor inconmensurable.