Lo primero fue mirarte
Y solo así, detectar un calor recorriendo mis venas,
Ni siquiera acercarte, solo mirarte,
Y solo así agregar una más a mi lista de penas:
Que mis ojos hallaran perfecto plan para aprisionarme.
Acercarte fue para mi un reto
Y cascadas de dudas llenando mi mente:
¿Al mirarme que haces?, ¿Al tocarte que siento?
Darle a tu existencia una etiqueta, un lugar y un nombre
Querer tomar el control y no preocuparme más por tu cielo.
Conocerte fue una amenaza
Tuve que retroceder y subir la guardia
¿Hay algo que me está quitando toda mi confianza?
Tuve que mirarme convertida en un cliché sin rabia
¿Las mariposas en el estómago se están llevando mi fuerza?
Era verdad y fue sencillo ignorarlo.
Un tiempo… Porque después, después no.
Después fue aterrador,
Porque te miraba, te acercabas, ibas y venias,
Me mirabas, me tocabas, hablabas y callabas,
La única espectadora de esta lucha que perdía
Era yo misma.
Pero tu abrazo... tu abrazo fue revelador.
Aunque tus palabras no expresaban lo que siento
En tu abrazo sentí los punzantes latidos de tu corazón
Bombeando sin parar, llevando ansias a tu cuerpo sediento
Tu corazón me llama y quiero escucharlo...