Y sentía cada vez más mariposas en mi interior
Revoloteando, revoloteando, revoloteando.
Sí, no pararon, y me hicieron saber sus ganas de volar contigo
Pude sentir un torbellino acercándose
y vernos juntos caminando hacia él.
Y así llegamos,
Un día que parecía tan igual a los demás
Con la misma ansiedad y locura de solo mirarte,
Pero esta vez tenía tu mano, y cerré mis ojos,
Deje de mirarte para solo sentirte.
Y entonces descubrí
Una mariposa desconocida rozando mi piel
Y sin abrir mis ojos la vi escapando de tu pecho
Y era tan dulce como videarla danzando
En la suavidad de un jardín a pleno sol.
Sus delicadas alas moviéndose lentamente
Sin importar cuanto jardín falte por recorrer,
Abriéndose paso poco a poco, sin prisa,
Y así pude mirarte y tener la más esperada conversación
Con los ojos cerrados y sin articular una sola palabra.
Era posible, y su aleteo era cada vez más imponente
Ansiosa de conocer nuevos jardines,
Ambos dejamos volar nuestras alas
Con el viento a favor y horizonte sin final
Te conocí y me conociste como siempre quisimos conocernos.
Encontraste mis puertas y de mi salieron a encontrarte
Estas amigas revoloteando dentro de mí,
Se adueñaron de ti por fin, te adueñaste de mí por fin,
Nuestros deseos se quedaron muy pequeños
Al compararlos con nuestra realidad.
Y ahora es imposible solo mirarte
Y ahora es imposible solo abrazarte,
Se han quedado abiertas las puertas
Y el viento fuerte me invita a emprender el vuelo
volar en tu piel y en tus labios con los ojos cerrados.