Saboreo la sencillez
de mi verso solitario
esencia dulce de campo
que se muestra tal cual es.
No es la graciosa amapola
ni el clavel apasionado
es romerillo encantado
que las abejas adoran.
Escribo en las blancas nubes
sobre el lago de cristal
cuando el sol rompe el vitral
y en el horizonte sube.
Limo la gruesa aspereza
de mi admirado adversario
sin que esto le cause agravio
esa es mi naturaleza.
De los montes amo el verde
del mar la plateada espuma
y el fino rayo de luna
que con el río se pierde.
Yo se del amor intenso
que acompaña mi vivir
que tierno me hace sentir
y que estremece mi cuerpo.
No sufro prisa o desvelo
vivo día a día cual final
es ligero mi equipaje
y no me suelo aferrar.
Jamás podrás conocer
el corazón del humano
es un enigma sagrado
que nunca descifraras.
Ama al prójimo, tu igual,
ámalo sin pretensión,
será el intento mejor
para un proyecto de paz.
Reconozco la serpiente
que se esconde en la maleza
también la fría cabeza
que la maldad envilece.