Construyendo un Edén de ensueño,
nuestros días
comparten la misma ilusión,
acarician las mismas fantasías,
viven el mismo sueño
y aúnan los pensamientos a la distancia
que levantan muros y hacen grande
al paraíso,
a ese mundo tuyo y mío…
un mundo que nos encierra en un dilatado
sentir de emociones nuevas
y un raudal de deseos limpios y puros
por concebirnos en piel y espíritu
en alma y cuerpo…