El brillo de sus ojos hace eco en mi existencia.
El color de sus ojos me da fuerza y me dice a miradas que esta vez, todo estará bien; le creo, su sonrisa es la fortaleza de su alma y el soporte de la mía.
En este desierto, teniéndolo a mi lado me siento segura y protegida con tan sólo sentirlo respirar mientras caminamos por este destino.
No sé cómo encontró la puerta de mi corazón.
No entiendo cómo rompió los esquemas que había creado para que nadie me hallara, pero aquí está, en medio de mi silenciosa vida, desbordando cada fibra de mi corazón y haciéndola creer otra vez que esta sensación no quedará vacía y abandonada.
Me enfrento a mis miedos y a los contratiempos que depare esta historia, sólo para poder escribir días con usted, quiero verlo sonreír y que sienta que su estadía en mi vida le hace bien.
Si siente ese mismo rasgueo en la mente cada vez que me recuerda, es porque yo, con miedos y contratiempos intento ser una mejor versión para su destino. Ah, y también porque mi corazón anhela verlo de nuevo.
Hoy llueve, tanto en mi vida como en el mundo físico; es una grata compañía, me gusta que sea testigo de la sinceridad de mi mente.
Si me mira y sonríe, le prometo no dejarlo ir, eclipsarlo con mi tinta refinada y convertir esta perfección, en algo sempiterno.