Cuatro dagas templadas
con hielo y miedo,
lagrimones de nieve,
copos de fuego,
llevo clavadas
en mis pies y en mis manos
crucificadas.
Cada faca es el trecho
que nos separa
un vacio en el tiempo
que nos desgarra.
es la mordaza
que me roba el aliento
que tú me dabas.
No me quedan palabras,
no tengo nada
solo gris amargura,
pena y nostalgia,
solo el deseo
de que acabe este infierno
de rabia y celos.