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Como todo un mar,
dejas la sal en mis labios,
de ese beso,
y como castillo de sal,
dejas mi cuerpo,
esa esencia que disfruto yo,
en el mar desierto,
es mi presencia,
que gana una ausencia,
de tus besos,
aquí en mi boca,
que es lo que más me das,
aquí como un desenfreno,
y no se detienen mis pasos aquí,
cuando me das el instante,
tan frecuente son
esas nubes,
que pasan de lejos,
cuando arden en silencios,
esas pasiones,
que dejas las emociones,
tan claras como tan convincentes,
que se me pasa,
ese camino por donde está mi cuerpo,
como castillo de sal,
en medio de todo el mar azul,
y se convierte en arena,
desde que el sol me mira,
con ojos de asombro,
porque tú no estás,
porque te fuiste de mí,
y yo quedé sin error,
en la manera de amarte más,
porque tú me has dado,
lo que el corazón tan helado,
me has dejado aquí,
y como castillo de sal,
está mi cuerpo,
está sin precio,
desde que tú has llegado aquí,
con todo el mar y más... lleno de sal...
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