Susurro por tu espiritu, suspiro por tu gracia, y lloro por cada pecado cometido en tu presencia.
eres hielo en la esclamante onda del astro del fuego, vida en la eternidad divina de la culpa.
nieve y tormenta en la errante avaricia de una hoja seca, yo confío en tu palabra soy testigo del alba y el poder estruendoso de tu fe.
yo camine en pasos desviados de peligro, me enfrente solo a los placeres de la vida pero perdi la esencia inmensa de vivir para ti.
penetre huellas deserticas y arruyos escalofriantes en vértigo, vivi en un abismo envuelto de rumores, mentiras dañinas en tu altar.
del cielo y la tierra eres dueño, del viento y el mar eres santo invisible a la vista pero poderoso y eterno en el mundo