EXALTACIÓN A SER PRONUNCIADA HOY AL MEDIO DÍA EN LA CANCHA DEL COLEGIO FRANCISCANO \"SAN DIEGO DE ALCALÁ\".
-A LA VIRGEN DE LA NUBE Y MADRE SÍMBOLO DE LOS COROS DE VELADORES 2017-
“Porque Dios ha hecho en mí maravillas, por eso me llamarán bienaventurada todas las generaciones”-
Rvdo. Padre Director / Veladores de los distintos Coros / Hermanos y hermanas presentes:
Henos aquí viviendo una de las ceremonias más conmovedoras, más halagadoras, vivificantes y de eterna significación, cuando en esta singular fecha, en esta temporada en que el alma se comprime frente al dulzor de los cantos a María, cuando los estamentos pertinentes de hermanos y hermanas que hemos venido de distintas partes a este lugar, han decidido, hemos decidido, hacer un alto a nuestras tareas cotidianas y de vida, para, reforzando nuestra fe traída del hogar de cada uno, con el mismo entusiasmo de siempre, alegría en nuestros corazones y amor infinito a Dios, al Rey de la creación y a su Hijo divino hecho hombre, hemos venido, digo, a rendir culto de adoración y de la gloria, desbordando amor, nuestras raíces católicas indiscutibles e inacabables, nuestra inmensa fe y quizá alguna o muchas lágrimas de emoción y de alegría, a la Santísima Virgen de la Nube, a la Madre inmortal, a la asunta al cielo, como se lo ha hace en todo el mundo, desde que fuera coronada por el Altísimo “como Reina y soberana de todo lo creado”.
Homenajear, repito, a ella, a nuestra Madre venerada en esta preciosa imagen, Madre y Reina de esta tierra, que la admiramos hoy aquí abrigándonos en su maternal regazo, cuando nos ha juntado a todos hoy, bajo la tibieza y fragancia de su sacro manto; cuando ha llegado y está aquí y es llena de gracia, y es Madre de los pecadores, y es Madre de los que sufren, y es Madre de quienes a ella acuden; sí hermanas y hermanos, estamos una vez más a las benditas plantas de nuestra Señora de la Nube, quien también ha querido ratificarnos de que no estamos solos, que no estamos abandonados, que no estamos sin esperanza.
Qué feliz oportunidad, qué dichoso día es éste; qué privilegiados somos todos quienes nos hemos reunido en torno a la Madre del cielo; a quien nunca dejaremos de elevar nuestras súplicas, mirando sus ojos insondables y su dulcísima mirada; porque desde aquí la Virgen de la Nube coronada, como dice el poeta: “de la tierra de los chilcos, flores de Pileu, galuayes, eucaliptos y arrayanes, de la tierra de las retamas, atucsaras y dulcísimas joyapas”, también en este día de la madre y siempre, va a continuar siendo “cirio perpetuo, explosión de amor y llamarada; desde aquí con sus santas manos, desbordará como nunca, lluvia fresca de bendiciones y vientos azules”.
¡Salve mil veces Reina de la Nube
salve Santa Madre del cielo
salve tu nombre excelso, agraciada Madre!
desde éste tu trono escogido
desde ésta tu tierra elegida,
desde ésta tu morada,
hasta más allá de las fronteras y el mundo.
Así también, Señora ……………………, Madre Símbolo de los Coros de Veladores de la Sma. Virgen María, 2017, canto en esta mañana de ensueños y recuerdos, en nombre de todas las familias veladoras de nuestros Coros, en ti, a la Madre, a la compañera, a la consejera, a la amiga que trajina por los caminos del mundo, a aquellas madres pasadas y presentes, que enarbolando un pañuelo o su tímida mano, han despedido y despiden a su hijo, al partir a las batallas, o en los remotos senderos de la emigración o de la muerte.
Canto, a aquella Madre, como las benditas madrecitas que están en este día de alegría, provocando el florecimiento de este lugar; a aquella Mujer ausente, a ti, que con tu sola presencia, tu amor y tu aliento, empujas nuestras barcas que surcan las duras rutas, desde que nos llevaras en vuestro vientre, en el empeño cimero de ser mejores, duraderos y eternales, como tú Madre, fortaleza y empeño sin fronteras.
Los últimos días, por tu presencia en el horizonte de mayo, queridísimas Madres y Madre Símbolo, se han pintado de luz y llenado de alegría las campanas; los mármoles y trompetas alzan el vuelo con los pájaros y las nubes; hemos juntado hoy nuestras voces para saludarlas con amor, cariño y gratitud; para homenajear a vosotras, a vuestras madrecitas, a quienes nos dieron su sangre vital, a las madres de ayer, de hoy y del mañana, y una oración que nunca muere, a las Madrecitas que miran desde ya y para siempre, de cerca, la luz inacabable del divino rostro de Dios.
Todo el amor de nuestro pecho, todo el amor de vuestros hijos, de todos los hombres y mujeres que os saludamos y os saludan con admiración, respeto y real cariño, para ti. Estamos en la esperanza, Sra. ………………, Madrecitas que estáis aquí y en el mundo entero, que continuaréis significando y personificando la luz, el amparo, el refugio, el soporte y apoyo en el duro caminar en esta terrenal jornada, el encanto y la paz, la fuente de ternura, ramillete de bondades y una cascada vivificante de eternas bendiciones.
Que este mayo florido se extienda por todo el año, por todo el tiempo; que junto a los lauros y glorias de vuestras hijas e hijos y, junto a metas y destinos alcanzados, siempre hayan rojos corazones y blancas azucenas para vosotras que formáis parte de esta comunidad cristiana, de la ciudad y del mundo; entre tanto, yo os canto en éste, vuestro señalado día y mes, anunciando quizá, porque de ello y más sois merecedoras, tanta vida, salud abundante, duradera paz y perenne alegría.
A quienes nos dieron la vida, salud; a quienes construyen el nido más mullido llamado hogar, salud; a quienes son todo y hacen de todo por nuestro bienestar, salud; a quienes aún desde su lecho de dolor y su ausencia continúan preocupadas, disponiendo y queriendo aún seguir haciendo las cosas y atendiendo; a ellas, nuestra final como sempiterna gratitud, junto a la infaltable recomendación a Dios, por su bienestar permanente, que nos asegurará más años y mayos floridos, llenos de su gratísima compañía.
MUCHAS GRACIAS
Dr. Bolívar Delgado Arce Azogues,
Mayo 07 de 2017