Yo me decía:
No es tan bonita
y al rasurarme
en el espejo encontré
mis canas y el paso
del tiempo
sobre mi rostro.
Me decía:
Son muy pequeñas sus caderas
pero no he encontrado
mujer más sincera
y que pechos tan lindos
y llenos de arte.
Me decía: Es mentirosa
más recordaba las pasadas;
sé que propende al enojo
más es tan fiel su sonrisa
que cuando la miro contenta
tomar mi mano
la miro bella, admiro
su agilidad mental
parecida a la mía.
La miro pensativa
tocarse los huesos
de la cara, como reafirmando
para sí misma
que es débil y humana,
que necesita ella misma
acariciarse para darse fuerza.
Me decía en mi experiencia
que mi química
no había funcionado nunca
como funciona con ella.
Si me asusta con no verme
se me pone tensa la espalda
y las junturas del cuello
me truenan.
Si se ríe conmigo
me muestra el cielo
y qué dirá ella?
Ella dirá que no es tan fácil
enamorarse de un complicado
siendo ella complicada.
Me decía: No domina su alegría luego se aísla depresiva,
y a mí me falta su alegría
y puedo darle tranquilidad.
Y me decía miles de cosas
y visionaba
miles de problemas.
Me decía: Le amo, lucharé
pero ella de repente una tarde
se fue.