Estás en la cosecha perdida de un labriego
semilla escondida
anegada condena
raíz que abraza la tierra
en busca de aire
En ese desastre que somos
sin conseguir plantar nuestra cuerda insania
pecado cristalino
que brota en nuestro huerto
húmeda adición de tu necesaria fruta
Aun cuando sobren los motivos
para una nueva siembra.