La historia del ser Humano es un parpadeo
en el Universo.
Si miramos desde lo más alto,
la grandeza de un cuerpo se
desvanece.
El milagro que comprime el
aleteo de una mariposa se
hace invisible si se mira
desde la altura de mis ojos.
El azar de la vida se disipa
en la sopa primigenia que
es apurada por la costumbre.
La mirada enfilada al objetivo
ignora que pierde lo único,
lo que venimos a hacer.
Somos casualidad y gloria.
Cohabitamos con la muerte.
Muerte y vida se codefinen
y por eso cohabitan.
Hay quien hincha el pecho
para disuadir.
Hay quien quiere llamar
sin llamarse.
Quizás todo sea por que
dentro de nuestro cráneo
tenemos dos columnas:
una el debe y la otra...
Una columna la emoción.
La otra la razón.
Gana la emoción o se mezclan
y no gana ninguna, o ambas.
Este es mi dilema y nuestro
problema, y nuestro emblema
y nuestro paraíso...