Se hizo merecedor de su amor,
se decían mil cosas sin hablar.
El corazón era ese bello jardín
donde su amor crecía libre y salvaje.
Sembraban pequeñas semillas
que algún día germinarían.
Tenían la llave de la puerta
que les conduciría a la felicidad,
Buscaban y buscaban palabras
palabras en todos los idiomas
para describir al verdadero amor,
ése, tan intenso, poderoso y nutritivo
y a la vez tan frágil como
el ala de un pajarillo
al levantar el vuelo por primera vez,
y no las encontraron...
9-5-2017