Soy como el soplo ligero
volando sin ninguna prisa
paso por el caladero
en la boca una sonrisa
Los barcos en la ensenada
marineros maniobrando
más todo se queda en nada
pues otros me están llamando
Son esos niños del hambre
desnutridos, con harapos
que una vez tuvieron nombre
hoy solo tristes pingajos
Apartados de la vida
por la cruel mano del hombre
en su alma va la herida
de los que no tienen nombre