En el desmitificado ombligo
del mundo...
sátiros y princesas se dan la mano,
faunos del negocio impío
y ancestral...
se hieren tácitos,
un cometa
de parásitados desahucios...
en su hastiada
e inusitada belleza,
se nos anuncia
insomne...
mientras en las tristes
y desgarradas...
cloacas de la noche,
el poder...
desnudado de ambiciones,
se nos presenta
impúdicamente
abúlico...
entre conciencias desgastadas
de heterodoxa
anuencia,
y desvergonzado
orgullo.