Malditos recuerdos,
cuantos son,
alimentando el rencor
envenenándome
el alma y el cerebro,
amor asesinado,
pudriéndose
en un sarcófago
de sentimientos
tan inmortales
como tu indiferencia,
mientras tanto,
el tiempo transcurre
tan antipático y visceral
en silencio constante,
llenando de expectativa
he incógnitas,
cuanto habremos cambiado,
…quizás ya para bien;
nos re encontramos
cada segundo
mientras respiramos,
mientras recordamos
anhelos, palabras, caricias
alejadas de toda perversidad
cuando prevenido mate
mis verdaderos sentimientos,
hoy, como que doy una razón
a esa actitud
que tache de estúpida.
Mi alma, atraviesa el umbral
sin mirar atrás, mientras,
sus gigantescas puertas
se cierran abruptamente
al mismo tiempo
que las del corazón lo hacen
esperando en el limbo
por casualidad
volver a enfrentar
nuestras miradas
que dejaran de incitar al duelo
para demostrarnos
cuanto hemos crecido,
cuanto hemos odiado
o cuanto nos hemos amado.