Estar de pie, contemplando la caída...
A la espera de lanzarse.
El abismo llama con voz silente,
La demencia es un abrazo sutil.
La desnudez
es la única cara que permite
No hay gravedad, no hay tiempo
Siempre es la misma espera
para un diferente abismo
Caer tan profundo
que la vida desintegre
el existir
y la conciencia de ser.
El tiempo pasa como arena
que se desliza sobre las manos
ver caer, uno a uno
cada grano, cada sueño.
Sobre el perpetuo abismo.
Ser el sueño del caos,
del terror,
de la angustia.
Allí en el fondo las bestias claman
sedientas de angustias.
Dejar caer la sangre y la voz
en el fondo
para siempre
ser sacrificio permanente
para seguir,
ahí...
de pie...
frente a la caída...