“Debo admitir aunque me duela/ que a pesar de lo mucho que aprendí,/ nunca encontré una escuela/ que me enseñara a vivir sin ti”.
Si despiertas y sientes en la oscuridad
que en tu cuarto ya no hay tanta soledad
y que una mano te recorre hasta tus pies,
es que cumplí con lo que te dije que haría.
¿Recuerdas que te prometí que vendría?
Aquí estoy para besarte una y otra vez.
Si despiertas y sientes que tu piel se eriza,
es que cosas de mí te cuenta hoy la brisa
porque sabe que estaré ahí de visitante.
Tu piel ya sabe que conmigo te envicias,
conoce a la perfección todas las caricias
que te doy cuando me visto de amante.
Si despiertas y sientes que susurra mi voz,
ya puedes suponer que estamos los dos
aunque en lo oscuro parezcas estar sola;
en tu cuerpo húmedo me quiero mojar
amándote majestuosamente como el mar
y yo ahí, sumergido en la cresta de tu ola.
Si despiertas y sientes que todavía sueñas
y que he besado cada una de las pequeñas
manchas o pecas que tienes en tus pechos,
si sientes que más maravillas puedo hacer,
eso es que aún te quedan muchas por ver…
no todos los milagros en ti están hechos.
Si despiertas y sientes que ahí atrás estoy
y que desde mi alma te entrego, te doy
mis besos en tu espalda, en tus piernas;
si percibes que de amor hago un derroche,
es que pretendo que para ti sea la noche
de las cosas que se disfrutan, cosas eternas.
Si despiertas y sientes que ya te desnudé,
es que una promesa te hice y no te falté
y ahí estoy entre tus piernas sumergido
en aguas divinas que hablan de tu esencia;
es tan especial amarte así que mi ausencia
esta noche no podría tener ningún sentido.
Si despiertas y sientes que alguien escribió,
recuerda que en tu cuerpo juré hacerlo yo
al hacerte el amor verso a verso imparable
hasta poner en órbita todos tus sentidos…
que resuenen ya los ecos de tus gemidos
y ahí entre la oscuridad, verás al culpable.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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