Te propongo cerrar los ojos, un solo momento
Imaginar un día, una mañana, un despertar
Tus ojos entreabriéndose soñolientos, satisfechos
Y encontrarte frente a frente con los míos
Que te miren con la primera luz de la mañana
Como te miraron mientras estabas dormida
Y unos brazos que acunen tu mirar primero
Como acunaron el más mágico de tus sueños
Y luego, sin palabras seguirte los pasos tiernos
Hasta que te enfundes en tu vestido ligero.
Y tomados de la mano, salir a montar el viento
Y con algún detalle irrelevante entretenernos
Como una flor robada para adornar tu cabello
O un niño corriendo al lado, salpicando contento
Y todas las pequeñeces que contigo yo quiero
Mirarte en el fondo del café asomando tu ceño
O poner un punto de helado en tu nariz, travieso
Andar abrazados por el parque sin prisa ni tiempo
Y mojarnos en la lluvia, locos y siempre riendo.
Te propongo que una noche fría nos acostemos
Y sólo para variar, que yo me duerma primero
Que tú me mires dormido y me acaricies el pelo
Y tu ternura se muestre, en tus dulces ojos tiernos
Y que me beses la frente y susurres un “te quiero”
Y que nada entre nosotros sea prohibido ni funesto
Y te desnudes alegre, para acompañar mi cuerpo
Y descubras asombrada que sólo estaba fingiendo
Y sólo por castigarme me acomodes en tu cuerpo
Y me quieras tanto tanto, que perdones mi silencio
Cuando escriba mil veces tu nombre con mis dedos
En tu vientre, en tu espalda, en tu cara y en tus senos
Y tú te revuelvas eléctrica, como una gata en celo
Te propongo simplemente que ese futuro de sueño
Sea rutina en mi vida, y en la tuya, por supuesto
Que partamos el pan y el vino, juntos y contentos
Yo, embebido en mis escritos, tú cultivando el huerto
Tú, tirada en una toalla tomando el sol con esmero
Yo recordando tu cuerpo, y plasmándolo en el lienzo
Te propongo que compartas ese futuro de sueño
Y el pasado ya no exista o que el presente sea viejo
Y Por eso te propongo, dulce mujer de mis sueños
Que duremos hasta entonces, que se acercan los tiempos
Que duremos hasta entonces más altos y sin complejos
Y mientras, si quieres, vete… ¡pero no te vayas lejos!