Al el infiel mas infiel de los guapos
una mujer lo queria y yo lo amaba;
y el a un tiempo a las dos nos encantaba
con la miel de sus frases engañosas.
Mientras ella, con sus carisias venenosas,
queriendolo, su aliento emponzoñaba,
yo de el ante los pies, que idolatraba,
acabadas de abrir echaba rosas.
De su favor ya en vano el aire arrecia;
mintió a las dos, y sufria su castigo
que una le da por vil, y la otra por necio.
No hallara paz con ella, ni bien conmigo;
ella que solo lo quiso, lo desprecia;
yo, que tanto lo amaba, lo maldigo.
dfhhhhj
Ramón de Campoamor