Ella era mi madre, dulzor de mi vida, estrella encendida
Sus manos ternura, jamás lastimaron , solo prodigaban
Amor y caricias, suaves manecitas que a trabajar enseñaron
Ella mi madre, suave cual la brisa y fuerte cual un roble.
Para defendernos ella era una fiera, para acariciarnos era más que seda.
La mujer y esposa que su amor cuidaba con tantos desvelos
Él , la adoraba, vivieron felices mas de sesenta años y nunca en la vida
Hubo amor tan santo, como se tenían.
Diez hijos tuvieron diez hijos cuidaron y sus diez hijos tanto los amamos.
Mi madre la reina de doce elementos.
Mi madre la guía de doce caminos .
Siempre le decía al verla bajar,¡ ahí llega la reina! y la hacia bailar
En loca alegría llenaba mi alma con sus melodías.
También le decía madre si pudiera con bellas palabras
Un lienzo te haría, pero nunca pude no encontré palabras,
Para describir, a tanta hermosura.
De pronto la vida se volvió tristezas la parca vendría
y le arrebató lo que más quería:, su fiel compañero
Ya nunca fue igual sus ojos que no derramaron
Las lágrimas tristes que por su alma rodaron, oscuros quedaron..
En ningún lugar, podía estar ella , porque lo buscaba en todo rincón.
Ya nada es igual decía y un suspiro brotaba del pecho
Buscaba la huella de su bien amado.
Se nos fue apagando poquito a poquito, se no fue enfermando
Recuerdos buscaba en todo rincón, y dentro de su corazón.
Y como no pudo encontrar su huella se quiso marchar hacia aquella estrella
Que veía triste en noches de angustia
Nuestro amor de hijos no nos alcanzó
Se fue tras la huella de su gran amor.
Para mi bella madre ,que sé que desde una estrella nos mira.