En los destellos rosáceos de la bóveda celeste se reflejo tu mirada majestuosa, con sus colores incomprensibles cautivó el orbe entero con cada uno de tus desperfectos, inundando de bondad la soledad del mundo y su realidad.
Esa mirada tuya tan noble ilumina la esperanza de los seres vivos floreciendo en ellos la escasa esencia de vida que runda en el mundo gracias a tus ojos sinceros.
Existen maravillas perdidas en el mundo que se podrían comparar a los ojos tuyos, pero ninguna de estas embelesa el cosmos como lo hacen las luces de tus ojos.
Raíces invisibles van brotando de tu ser, cada una de esas raíces se inserta en los defectos de mi ser, floreciendo de ellas los deseos, sentimientos y emociones que se presentan ante ti mi bien.
Hipnotizada mi alma va desgarrándose cada instante que no ve tu dulce mirada.
Momentos de misterio se presentan ante mi en el fragmento del tiempo donde llega sigiloso el sueño, un paraíso veo al soñar, pues tu mirar sublime se presenta ante mis cicatrices amable y precioso, cociendo mis heridas sin siquiera quererlas, tu mirada majestuosa inconsciente me lleva, me roba, me acaricia el alma; no imagino el efecto en mi al mirarme tu en la sensatez de tu vida.
Quiero morir y despertar frente a tu mirada, volar hasta llegar a ella, probar ser parte de lo que la hace tan perfecta, en su belleza suprema renacer y ser yo de ella.