Hoy invito al Silencio
a compartir mi camino.
A la soledad y al silencio
que se hacen mis tristes amigos.
Hoy acepto mis aromas,
mis esencias y agonías,
hoy creo en mis rutinas,
en mis ruinas que no me dejan
y acompléjan mis problemas.
Ellos, son testimonios de un corazón herido.
!Silencio que me olles!
aclarame lo que siente mi mente
que no me deja meditar.
Porque se quedo conmigo,
y se hizo mi amiga la soledad.
Dile por Dios que se vaya,
que me deje en paz.
Se ha convertido
en el despertar por la mañana,
en la copa de vino vacía,
en una sombra oscura
en la tarde soleada,
en la parte negra de mi alma herida,
en el llanto que viene de adentro,
en la novia perfecta, para el muerto
que llevo conmigo…
P.M Pedro Monroy Gemio