He de escribir en el viento
que atraviesa mares y selvas
“Que tú me perteneces
que yo soy tu dueña”.
Llevarás en la piel de tus lagos
el fuego de mis caricias marcadas
y en la palma de tus manos
el destello de mis ansias dibujadas.
Que ni a mirarte se atrevan
ni entre sus brazos a soñarte
porque tú eres solo mío
y como yo… nadie va a amarte.