Esta crisis es abismal y muy profunda,
no se oyen más que quejas,
para evitar que todo se hunda,
tendrá que rebosar la pasta por las orejas.
Creímos durante unos años,
que podíamos comprarlo todo,
que huiríamos al fin del lodo,
sin sufrir mayores daños.
Ya la gente pierde la fe
de los políticos al servicio del capital,
poderoso caballero don dinero.
No saben lo que cuesta un café,
que para un parado es un dineral,
se miente más que en el mentidero.