Por mucho que la vida intente separarnos:
Por profunda que ruja la mar en la borrasca:
Aunque candentes soles ardan sobre mi frente:
Siempre vendrás airosa y llena de esperanza
A acariciar la mente evitando marasmos.
Aunque el mundo se oponga, necio, más de una vez;
Dentro del corazón, libre y desesperada
Brotando tus sentíres despertaras al ser,
Porque, querida musa, cual hermosa alborada
En nuestras madrugadas surgirás donde esté.
Y aunque ingrato insistiera el destino en separarnos
Pretendiendo ahogarme en encrespadas olas
Brotarás como ninfa en las oscuras horas
Iluminando el cielo sin que pueda evitarlo
Para que broten libres las letras, mi señora.
Eres la inspiración que nace en los momentos
En que grita la vida airosa sus cantares,
Fermento de fermentos de grandes despertares
Anuncias tu presencia a través de los vientos
Para que se evaporen todas mis ansiedades.
¡No sé qué hubiera sido de los blancos instantes
Si la luz que transmites no hubiera iluminado
Al alma que sedienta rugía sus antojos
Desdoblando las ansias de los febriles ojos,
Y musitando ardiente el presente y el pasado!
Te necesito siempre orgullosa y vibrante
Deshojando las penas, también las alegrías,
Como hierro candente y con grande lozanía,
Mostrando a la borrasca tu grata sintonía
Con el mundo en que vives, amorosa y errante.