Te fuístes, dejando tu mirada
clavada en mi corazón
sin una palabra
no podías, la noche fría
tan fría como el dolor...
No llegástes a echar raíces
sólo fuístes un árbolillo
a la orilla de un camino...
No crecístes demasiado
tu tronco no fué fuerte
tus ramas no dieron sombra
hojas verdes no tubíeron...
Tu fruto ¡ Ay tu fruto !
árbol caído, no tubístes...
Se secó la fuente
los manantiales, no llovía
era tarde, se fué...
Ya no canta su bocecílla
por el camino..
ni los trinos del ruiseñor...
Volverá, a brotar la fuente
y regará de nuevo tus raíces
y crecerá tu tronco fuerte y robusto
y tus gruesas ramas
darán sombra al caminante
y yo estaré contigo
jugando como un niño
y feliz, felíz para siempre...
Odio el tiempo que todo lo borra
yo quisiera tenerte
siempre en la mente
y llorárte a cada hora
tú que descansas en la muerte...
Pero es amarga la verdad
cambio el llanto por la risa,
pues reír es olvidar
y se pasa la vida más deprisa
¡ Que queda ! Solo la amargura
en un mundo de locura
de este circo, trapecista...