No se trata de construir el mundo. Este ya existe.
Se trata de convivir en el
o intentar quedarnos agarrados
o sentarse en su precipicio
y dejar los pies suspendidos
como unos niños encima de su columpio
y ver las estrellas como dibujan nuestras sonrisas.
Se trata de escalar montañas, y también bajarlas
intentar surcar ríos, y no ahogarse
o ahogarse en silencio es más prudente.
También he descubierto que tú falta de abrazos
ha sido capaz de desbocar una fiera,
capaz de comerse el mundo
y seguir buscando planetas,
hasta dejar estéril cualquier clase de tierra
y las agujetas del corazón, se curan con besos
pero los besos lo curan todo,
hasta el alma desnuda,
aunque todo de repente, puede ser nada
si no hay boca, capaz de besar
si no hay sueños, capaz de soñar
y si no podemos ser dos, seremos uno
y si no llegamos a sumar uno,
seremos polvo,
y siempre hay alguien que viene diez minutos después,
el impertinente.
Nos quedaron pendientes algunas cosas
como aquella noche donde mirábamos
estrellas diferentes
nos quedó jugar con tus tatuajes
y que campanilla fuera capaz de volar,
o tal vez ya vuele.
Nos falto tiempo,
para que el tiempo arreglara las cosas
y miradas
para pedirte que volvieras
nos sobró posiblemente todo lo demás,
pero la música en ocasiones, suena sola.
Nos quedó pendiente menos apariencia
y más presencia
y a veces tener paciencia,
nos faltaron tentaciones, y sobró alguna ostentación.
Ahora me sobra todo,
saber que estas fuera,
es como tener una casa sin tejado, ni ventanas,
y buscarte aunque estés solas
y sola parecerme una multitud.