salgomanzano

Eres tú

Trigueña eres, eres ¡oh flor de rosa!,

dudando de si eres calor o invierno.

El fulgor de tus ojos, puro y eterno:

en ellos el amor vivo  reposa.

 

Belleza tienes ¡oh gracia ardorosa!,

que en ti reverencia mi amor externo.

Oh bella Hermosura, que yo discierno,

hay en ti una escondida senda divina...

 

A tus lazos áureos no estoy atado,

en tu cielo puro no tengo el mío,

tu luz divina a mí me tiene ciego...

 

Un sosiego manso me ha caldeado;

un fuego ardiente, quitándome el frío,

me ha hecho tea de invisible fuego.

        (Salvador)