De la observación he sido preso…
por ti singular animal.
Viendo como deambulas, reptil travieso
persiguiendo alborozado
a un lado, al otro; raudo, azorado,
cazando insectos,
merodeando insurrecto
y vas lanzando… libres chirridos
subiendo a tu par, y en barahúnda
impetuosos corridos.
A virtud tú eres... particular
perrozompopo;
salamandra un potro,
con tus ventosas,
con las que asir osas
paredes, techos
donde te place… tu pulular.
Activo siempre; que si es la noche, el día igual,
quizá tú vives… plena alegría.
Creo que para ti no existe... dolor, ni pena;
nada te duele;
nada te agobia,
ni te condena.
Despreocupa el tiempo,
es más presiento…
lo mismo el clima, nada te aterra.
Aferrado al techo, siempre allá arriba,
esa es tu vida, no aquí en la tierra
en donde humanos… a la deriva
somos dolor,… y melancolía.